jueves, 29 de octubre de 2015

"El comú català." La historia de los que no salen en la historia

Se acaba de publicar el libro de David Algarra Bascón "El comú català. La història dels que no surten a la història".

Un título que me parece todo un acierto, una declaración de intenciones que se materializa en esta obra que rescata del pasado unas formas de vida que son ninguneadas por la historiografía oficial.

David tiene el interés de llegar a saber, y luego compartir, con ilusión por hacer un trabajo bien hecho. Este ingeniero informático se ha lanzado a recopilar, leer, reflexionar, conectar, entender y por último escribir. Costeándolo de su propio bolsillo, con un esfuerzo que solo saben las personas que hacen algo parecido, ha conseguido pese a todo tipo de dificultades, censuras incluidas, que vea la luz y podamos aprender, disfrutar... e inspirarnos.

Ya solo el hecho de que se edite es de por sí motivo de alegría, pero es que además trata un tema imprescindible para mirar al pasado con ganas de transformar el futuro.

Está en catalán, lengua propia de los territorios que ha estudiado, y como no lo hablo, de momento no lo he podido leer por completo (hace cuatro días que tuvo la gentileza de regalármelo y me cuesta más tiempo, pero está tan claramente expuesto que se sigue muy bien siendo castellanoparlante, también ayuda el glosario que aporta). Lo haré y quizá vuelva a escribir sobre él.

Si tiene suficiente apoyo, se hará la traducción al español y servirá aún más como ejemplo para otras zonas, para que otras personas se animen a dar luz sobre el tema de la propiedad, las relaciones políticas y económicas, los modos de distribuir la riqueza, de compartir las tareas y los bienes, de cuidar del entorno,... hay tanto por descubrir en un pasado que ha sido ocultado hasta casi hacerlo desaparecer...

Esta es la reseña de la contraportada (traducida por Joan Enciam):

«El título de este libro tiene una razón de ser: se centra en las personas, que son las que crean todas las manifestaciones humanas, en contraposición con el economicismo y la veneración general del poder oligárquico, imperante de la actualidad, que las deja en un segundo término. El común es mucho más que la suma de los vecinos de un lugar, es, también, la estrecha solidaridad, surgida de la interrelación y los numerosos vínculos que produjo un colectivo que, al margen de los otros poderes, en gran parte decidía su propio futuro. Si la historia no habla demasiado de éste es porque la escriben los vencedores, es decir, porque el común perdió. Pero, este común es en buena parte responsable de la cultura y de la lengua que hemos heredado, y es razonable que forme parte de nuestro patrimonio histórico cultural, expresión de la identidad de un pueblo. En estas páginas, buscamos este reencuentro, intentando adentrarnos en la historia del común catalán, la historia de los que no salen en la historia.»

Y el prólogo del libro se puede leer aquí: "Publicación del libro <<El comú català>>"


banner elcomu



Tiene web "El comú català" (http://www.elcomu.cat/) y allí se puede descargar gratuitamente o bien pedir el libro en papel (12 €).

Un libro sobre héroes y heroínas anónimos cuya forma de vida, con aciertos y errores, hay que conocer y comprender. Para continuar con la lucha contra la desaparición de una civilización y en busca de la revolución.









jueves, 15 de octubre de 2015

Experiencias y tradiciones de Guara

Hace tiempo, ya han pasado dos años, escuché esta entrañable y gratificante charla que tuvo lugar en Bierge (Huesca), dentro de las 4ª Jornadas de la Red de Semillas de Aragón. 

Sin guión, empezando con un poemilla-presentación lanzado al aire con arte, salero y mucha seguridad en uno mismo, Pepito y Alberto nos hablan de sus experiencias, de las tradiciones, de las formas de existencia de antes, de su vida.

Nos cuentan por ejemplo cómo no había horarios para las tareas, se hacían cuando se tenían que hacer, pero turnándose para que no resultaran demasiado pesadas. También había rotación en la administración del molino, "el primero pasaba al último". Por entonces no se usaba el dinero sino que se intercambiaban los trabajos, las ventas se hacían sólo en contadas ocasiones y desde la base de la confianza de conocerse.

Nos hablan de hacer "luceros", manojos de boj secos, que permitían que no se necesitaran los candiles ni los carburos. Muestra de independencia y de talento para aprovechar lo que tenían.

En ese tiempo, lo que se recolectaba era para comer, no para vender y mucho menos para especular. El plantero se lo hacían ellos mismos y se escogían las mejores matitas y se intercambiaban de forma espontánea con los de otros huertos: "Cuando llegó la nueva patata... salían gordas y a montones pero amargas y ni los cerdos las querían."

Las casas eran muy grandes y convivían todas las generaciones y narran cómo el salón se hizo voluntariamente entre los mozos de la zona, para el baile... luego se le fue dejando al ayuntamiento y ya...  

Explican cómo empezó a haber "mucho cambio", se empezó por arrancar árboles y empezó el cereal, por el año 60. Entonces el tractor ya no se compartía y le daban subvención al que más tierra tenía. Se fue implantando la mezquindad, menguando la nobleza de espíritu, y con ello creciendo la avaricia y la envidia.


Pueden mirar con orgullo al pasado, sin haber salido de su pueblo más que para la mili, tienen talento, despiertan las risas, conmueven a los que los escuchan, da gusto oír sus historietas llenas de frescura y picardía. Su lenguaje rico y su manera de decir.

Son estas experiencias de un pasado, en realidad tan cercano, lo que nos muestra lo rápido que cambia todo y quizá nos tendrían que hacer parar y reflexionar si el lugar al que nos conduce nuestro frenético ritmo y "progreso" no será mucho peor que ese del que venimos. Es alentadora esta pequeña muestra en la que se ve, aún con sus duras vidas, lo lejos que estaban de la depresión y la energía con la que han conseguido llegar hasta hoy.

Aquí podéis escuchar la charla completa: Pepito y Alberto. Vecinos de Bierge






Y aquí leer el Resumen de las jornadas de la red en Bierge. Muchas gracias también a la Red de Semillas de Aragón.





jueves, 1 de octubre de 2015

La toponimia: un recurso ingente y contundente.

"Investigadora: persona que ve indicios donde nadie ve nada"

Creo que compartiréis mi sorpresa si escucháis que todo eso de que Zaragoza debe su nombre al emperador Caesar Augusta es una patraña. Otra más que nos han colado y que en realidad este topónimo nada tiene que ver con caprichos de conquistadores de hace "sólo" 2000 años.


Resultado de imagen de cesar augusto


Y es que como dice Jabier Goitia "la historia de los nombres tiene poco de épica y de gestas y mucho de pastores y cazadores", lo que es decir tanto como que hay que revisar y superar la idea de que los lugares reciban nombres referidos a ninguna otra cosa que no tenga que ver con la realidad física de los mismos.

En las pasadas "Jornadas de lengua y escritura ibérica" que se celebraron a finales de agosto en Zaragoza, bajo el título "La Toponimia: Un recurso ingente y contundente", Jabier expuso brevemente el trabajo de casi toda su vida; 45 años lleva buscando, recopilando, analizando, ordenando, comparando, descifrando, aprendiendo y explicando. Con rebeldía, sin acoplarse a vivir de lo ya sabido por repetido, este incansable investigador ha llegado a la conclusión de que "la mayor parte de Eurasia, Macaronesia y el Norte de África tiene una toponimia que muestra una civilización con capacidad y valores que nada tienen que ver con la Europa de los imperios, vamos, de la agricultura".

Estimula su ejemplo, indagando fuera del "saber oficial", al haber rechazado todo lo que estudió y asomarse por su propio pie a esta materia y querer compartirlo y animar a otros a que hagan lo mismo. Es gratificante la confianza en sí mismo como autodidacta, no academicista ni erudito.

Explica que sólo se ha dado importancia y se han hecho estudios sobre topónimos singulares, que aparecen en monedas, inscripciones o en crónicas, y que no recogen los lugares comunes que son millones, y que son los que le han permitido encontrar las raíces, dar significado trascendente a los sonidos y descubrir la coherencia entre los nombres de los lugares antiguos. Los ha recogido por el momento en un libro: "El ADN del Euskera (en 1500 partículas)".

Partículas que provienen del paleolítico, esto son unos 400.000 años, que aunque han sufrido modificaciones y alteraciones a lo largo del tiempo, poseen coherencia y homogeneidad y que logran "explicar topónimos desde Las Azores hasta Kamthacka".

Voces que descubren un profundo conocimiento de leyes naturales, fenómenos, propiedades de los elementos, características de animales y plantas, y que eran la base de la comprensión del mundo, aplicada para la fácil asimilación y para que fuera estable. Recorren todo el territorio e implica un conocimiento profundo.

Así que ni santos, ni reyes, ni mitos, ... solo factores físicos, todos los lugares con el mismo sonido en su topónimo tienen las mismas características naturales. Por ejemplo los topónimos que empiezan por "Lar" (o Ar en Galicia y Cataluña), son pastizales (zonas planas y herbáceas), al abundar nos indica la importancia de la ganadería nómada, y la necesidad de tenerlos ubicados para encontrar alimento para los animales. El sonido del nombre les proporcionaba información para identificar de qué tipo de lugar se trataba.

Esto significa que poseían mapas mentales, modelos del mundo, y que eran compartidos por todas las personas de todos los grupos. 

Desde la Ilustración, tanto la teoría lingüistica como otras, se dedican decididamente a borrar el pasado y construir algo que se adapte a la nueva mentalidad. Que los habitantes prehistóricos poseyeran tan amplio, reflexivo y trascendente conocimiento es algo que no puede ser tolerado por la teoría del progreso, la imperante, en la que solo es el ser humano contemporáneo el que tiene formación, cultura, saber, ciencia y técnica...

Estamos adoctrinados en la idea de que los antiguos eran inferiores a nosotros, rasgo común a las mentalidades con ninguna seguridad en ellas mismas y con complejo de inferioridad que oculta la verdadera forma de estar en el mundo actual: como de prestado, sin amor ni vínculo ni espiritualidad.

Tenemos que pensar en la mediocridad de esos antepasados tan lejanos de nosotros, en el tiempo y en habilidades, para no reconocer nuestra cada vez menor capacidad de abstracción y de razonamiento, y cada vez mayor disociación e ignorancia.

La arqueología de lenguas poco alteradas, como puede ser el euskera arcaico (no el actual, volveré con este tema) nos ayudan a revisar las teorías simplistas que configuran el saber oficial desde finales del siglo XVII sobre economía, forma de vidas, desarrollo de las artes y de los oficios. Es una invitación a revisar la prehistoria y la historia, que Jabier lleva tantos años haciendo.

No es tarea fácil. La desconexión actual que hace que, por ejemplo, los cursos fluviales no estén regulados por la naturaleza sino por las "confederaciones hidrográficas", es decir por los poderes y las instituciones del estado y no por los habitantes, las personas interesadas una vez que llegaran a consensos, o bien por la naturaleza sin más, ha difuminado a menudo los fenómenos que antes se daban y que resultaban en dar nombre a cada lugar. 

El ir a contracorriente de lo ortodoxo tampoco ayuda, y surgen las burlas y la falta de apoyo, pero para buscar conocer la verdad no hay excusas.


Como un ejemplo más elaborado y completo del trabajo que realiza Jabier Goitia, está el caso de Pamplona

Aquí tenéis la charla completa, espero que os inspire y estimule tanto como lo hizo conmigo: "La toponimia: un recurso ingente y contundente. "

Muchas gracias a Jabier, ejemplo de valor, esfuerzo, amor propio y por el otro.



(enlace externo al audio)


Y para no dejaros con la duda... los sonidos de las partículas del topónimo Zaragoza significan los grandes arenales estables, esto es que el nombre tiene que ver con la arena gruesa que el Ebro y los otros ríos depositan... Es un nombre que se repite por otras muchas diferentes zonas geográficas, todas con esa misma característica física.